sábado, 5 de enero de 2013

La bendición de la Diosa





Cuando establecemos una relación de pareja, se establece un lazo de unión, se enciende un filamento, entre  el sacro del hombre y el sacro de la mujer. Es un acuerdo de la energía femenina de la diosa, sea para alimentarse, para amarse o para establecer acuerdos. Ahí se activa la primera  etapa de la energía femenina que va del sacro al corazón, y la primera etapa de la energía masculina que actúa sobre el plexo solar. Allí la energía masculina ha de pasar por el corazón y la garganta antes de que pueda seguir ascendiendo, y la verdad es que todo lo que tenemos pendiente se bloquea al nivel de  la garganta, y si no es capaz de atravesar la barrera del amor impersonal vuelve de retorno al sacro para comenzar de nuevo su ascenso, abriendo en el sacro la puerta del perdón. El poder de lo masculino y la sabiduría de lo femenino se unen a través del amor, que transfiere esta energía al corazón. Entonces todo lo bloqueado con papá y con mamá sube a la superficie y lo recapitulamos y perdonamos, o vuelve de nuevo al sacro en un círculo inacabable. Todo lo que tememos, lo que nunca nos atrevimos a realizar, los anhelos inconclusos, los fracasos no digeridos… se estancan en el centro sacro, que es el primer escalón del proceso creativo, al que todo vuelve para poder recomenzar de nuevo. En los próximos años el sacro, el centro base y los aspectos densos del plexo solar y el tercer chakra se fundirán en uno. La parte positiva del centro solar se fundirá con el corazón. La garganta seguirá siendo el principal desafío para liberar el centro base donde se guardan las raíces de todos los miedos, ya que sólo la voluntad del quinto chakra puede afrontar exitosamente este obstáculo. Lo que un día soñamos y deseamos hacer y nunca cumplimos es lo bloquea el centro sacro e impide actualmente nuestra libre creatividad, y la paz con uno mismo. En este centro se alimenta inconscientemente todo lo que somos, y es aquí donde se enciende el fuego de la diosa desde el centro base y la luz de la kundalini. Y todos los problemas que puede acarrear este poderoso despertar derivan de la falta de preparación del centro sacro, con lo que el despertar espontáneo de la kundalini hacia el plexo solar despierta una sexualidad desbordante y enfermiza, activando el desprecio de la diosa a través del poder adictivo del ego. El que pasa por esta experiencia y no abraza su propia oscuridad se ve dominado por ella, y empujado hacia una especie de purgatorio obsesivo y degradante. No hay expresión de su sensualidad y la fuerza bruta de la sexualidad sin corazón toma las riendas de estos descarriados que son dirigidos por sus propias fuerzas oscuras sin resolver. Casi todas las enfermedades del cuerpo humano tienen su origen en el chakra base, y sólo a través de la sanación del desbordante activismo masculino la energía de la diosa puede despertar. Cuando ambas energías masculina y femenina se fundan la sanación definitiva llega al cuerpo y a la mente. 
Sin la bendición de la diosa, sin el amor fluido no entraremos en la sexta dimensión, y este amor es imparable, puede con todo, pero sólo se logra cuando hemos disuelto la importancia personal y la arrogancia interna del lado masculino. 
Es la sanación del yo a través del amor del corazón.

Emilio Fiel








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