"Así pues, podemos entrar en relación con los demás "horizontalmente", a partir de los deseos, expectativas y esperanzas del ego, o "verticalmente", abriéndonos al campo A gracias al Maestro interior. El amor es entonces sencillo, radiante, profundamente satisfactorio e independiente de las circunstancias exteriores, ajeno a lo que puedan hacer o decir los demás, libre de toda atadura. Está ahí en todo momento nuestro corazón y haciéndonos vivir apasionadamente en medio de un gozo y serenidad perfectos."...
Del libro de Annie Marquier: "El Maestro del Corazón" - Editorial: Luciérnaga
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